Page 187 - Evento Guatemala 2012
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En ese momento, teníamos la oportunidad de constituir una asociación con una imagen de
integridad y una significativa influencia dentro de nuestra industria. Por último, mencionó
que un viaje de mil kilómetros comienza con un primer paso. Y ese primer paso fue Acapulco.

A continuación, don Pascual –presidente de La Guardiana– comenzó a llevar a cabo la trans-
formación de la Asociación y reunió a más compañías. Más tarde, asumió la presidencia de la
APF Richard Hubbard, quien tomó posesión en Venezuela. Él era un funcionario de la Insurance
Company of America casi a punto de retirarse, con magníficos conocimientos. A él lo siguió el doc-
tor Arturo Brillembourg, toda una figura para la APF. Les recomiendo que se interesen en el caso
de los avales venezolanos, un estupendo estudio sobre lo que no se debe hacer, una situación que
les costó a las afianzadoras de Venezuela muchísimo dinero, por el tiempo que trabajaron en ellos.

Arturo dejó su presidencia en Colombia y fue reemplazado por Luciano Herrera, de La Colombiana
de Seguros, quien fue un magnífico presidente. Herrera condujo aún con mayor precisión la
APF. En Colombia se dio una situación muy interesante: luego de los primeros seis años de
la Asociación, ocurrió un cambio importante. En esa época, el doctor Agustín de Vedia –quien
después fue presidente de la Asociación– dejó de ser secretario, puesto en el cual se unió a no-
sotros Carlos Dupont –a quien me referiré posteriormente.

Agustín hizo un recuento maravilloso de lo que había pasado en la Asociación a lo largo de
esos años. Habíamos tenido ya problemas en algunos países al buscar que la fianza tuviera una
mayor introducción. Nos alertaba sobre lo arduo de la tarea diciendo que era apasionante, difí-
cil, pesada y abrumadora la importancia que había tomado la APF con seis años de existencia,
y llamativa la cantidad de trabajo que tenía el presidente, pero que también le veía una gran
proyección. Valoró el profesionalismo, la constancia y la dedicación demostrados hasta ese mo-
mento. Nos decía que a veces no era fácil mantener con vida las organizaciones de ese tipo, y
que debíamos trabajar más entre asambleas. Por ello, comenzamos a tener juntas de comisión
ejecutivas, y se logró llevar a cabo los primeros seminarios regionales, que se constituyeron a
partir del siguiente mandato, el de Harley Vannan.

Trazando objetivos

La vida de la Asociación comenzó a ser movida por los comités, que nos trajeron nuevas ideas e
iniciativas. En esa época, por demás intensa, surgió la necesidad de tener, ante todo, prudencia
en nuestro negocio. No cabe duda de que Agustín veía con detalle lo que ocurría en la asamblea en
la cual él dejó su cargo, y tocó un punto que para la Asociación fue muy importante: las nuevas
necesidades que tenían las empresas y la oportunidad de apoyarlas mediante el afianzamiento
en nuevos mercados. Esta preocupación se sustentaba en casos muy frecuentes, en los merca-
dos ya representados y con los nuevos miembros. Teníamos que dejar a un lado esa competen-
cia a veces alejada de la idea de servicio y basada en buena medida en condiciones tarifarias
–o contragarantías– que distaban mucho de los niveles aceptables para esos mercados. Comen-
zamos a ver que había ciertas prácticas que debíamos abandonar.

                                            185XXIV Asamblea General / XXIV General Assembly
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